Si.
El otro día lo he pensado.
¿Llevaremos el Faro equivocado
y de ahi que hayan en tierra
tantos naufragios
como ya llevamos?
¿Llevaremos el faro,
la dirección de la luz
del camino que andamos,
apuntando a una semiología
de adversos resultados?
El otro día lo he pensado.
Y me han vuelto
a decir lo mismo de siempre...
que si solamente vemos lo malo,
que somos pesimistas consumados,
negacionistas radicalizados,
que el vaso hay que verlo
medio lleno, no medio vacío
como nihilistas resentidos
porque en la vida
no hemos triunfado...
you never say anything nice,
you're never happy;
me dicen de todo
y uno se desanima
y empieza a creer
que es el faro
de uno mismo
el que va estropeado.
Después me re-pongo
al ver que son ellos
los que por temor a pensar
y a discurrir por sí sólos,
sin mordazas ni candados,
tratan de ocultar la realidad
a la que nos han anclado...
Y apesadumbrado he ido
a ver al constructor del Faro.
Un hombre anciano de mirada opaca
y semblante más de tierra que del mar
dónde siempre había estado.
¿Un marinero hacedor
de Faros equivocados?,
que extraño,
me dije cuándo iba a visitarlo.
--"Sabe usted cuántos naufragios
en tierra hemos evitado?",
me soltó cogiendome desarmado.
No supe que contestar.
Se me quedó mirando
esperando mi reacción.
Y a la velocidad de la luz
(seguramente la de su Faro)
prosiguió observandome
con sus ojos opacos y cansados.
--"Si. lo que le he dicho,
¿lo entiende usted?
¿Que creen esos oficiales hacedores
de Faros, que solamente es el mar
que se tiene que iluminar
cuándo nuestra genuína tragedia
en la Tierra está, ha estado y estará
sus dolores embozando?
No, ese Faro no está equivocado,
los que estamos equivocados
somos nosotros, los terraqueos,
o, como yo los llamo,
los entrampados,
los que necesitamos esas luces
por el torvo camino dónde,
a oscuras caminamos".
Arinconado por sus palabras
me atreví a decir:
--"¿Pero y en el mar,
como vamos a dirigir
la navegación en el mar?"
Y con mirada lúcida me fulminó:
--"Amigo mío,
no se haga usted el tonto:
para eso estan los otros Faros,
los no-equivocados,
esos que miran al mar
porque no saben mirar
para otros lados".