Cuidado
Tapémoslo
Pero sin quedarnos adentro...
a las piedras,
a lo inorgánico,
de dónde salió
la vida;
a la materia,
de dónde salió
el universo,
el misterio
.................
el sol estaba alto
y la luz encendida
cuándo tú regabas
huertos fantásticos
en otras orillas
de tiempos sin distancias...
cuándo nuestros libros
aún pasaban sus páginas,
sin marcas sin huellas,
sobre el tiempo que diluía
y eros y ananké unían
las mismos estratos,
las mismas cornisas
que los sueños compartían...
Que recuerdos...
que ondulaciones
que fijan y devoran
lo que desaparecerá un día!
Nada parece tener fín
cuándo en el cenobio
sin ataduras y sin fisuras
que nos envuelve,
el horizonte desde lejos
advierte que las semillas
estaban tapadas con sombras
tras la luz encendida...
¿Es siempre asi la vida
algo que palpita
para irse deshaciendo
desmoronando mientras
se lleva por delante
todo lo que no necesita?
¿Dónde estan los bordes
que nos castran y nos limitan
del admitir y el aceptar
los ambivalentes vectores
que nos llevan y nos guían
en los surcos que -juntos-
fuímos abriendo
en subidas y caídas?
.......................
Afuera se abre el alba
de ese eterno amanecer
que siempre nos llama
como si nos quedasemos
sin caminos de vuelta
y la infancia viniese
en nuestra ayuda
para dejar de hacer surcos
que ya no fructifican,
y tú y yo y todos,
ya sin máscaras,
dejásemos de ser
madejas y ovillos
que ya no tejen
ni huertos fantásticos
ni realidades ficticias,
juegos de abalorios
que en fosas se petrifican...
en este colosal barbarismo
bajo el que el existere se axfisia...