Monday, March 14, 2022

LA GUERRA, Y UN HOMBRE SOLO EN LA CIUDAD QUE CORRE SDE ELLA...

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Hoy --en la Noticias que nos ofrece el mundo occidental y accidental-- se me ha quedado esta escena. 

Tengo que confesar (en el confesionario
 de la sinceridad) que, al principio 
(vaya usted a saber por que recovecos 
del prehistórico inconsciente humano)
me hizo gracia, y me he reído...
ver a ese hombre, ya entrado en años 
según se le ve correr hacia atrás, 
huyendo del horror que se alza 
ante sus ojos, sólo, indefenso, aturdido...
y me he reído, si, lo confieso, 
no lo pude remediar, 
me hizo gracia verlo 
tan inadecuadamente correr del peligro...

Y, como comprenderan, 
es difícil hacerle participar a los otros 
de esta reacción que tuve al ver tal escena...

Y despues, me dije, 
a ver, a ver si lo tratas de poner en palabras 
y escribirlo. Y aqui estamos...

Porque la guerra, de per se 
(sacada de su contexto político 
-aúnque hay muchas clases de guerras-
es el enloquecimiento -total- y colectivo 
del ser humano, esa extraña criatura 
capaz de ser cualquier cosa 
y de hacer cualquier cosa 
(porque no tenemos Naturaleza, 
tenemos Historia) 

¿Hay algo más espantoso que una guerra? 
Porque no es el crimen solitario 
de un individuo: es el crimen colectivo 
de todos contra todos: 
el crimen y la muerte  
apoderandose de todo y de todos...

Y en este escenario de catafalco, 
delirium, angustia y abandono...
vemos a ese pobre hombre, 
en medio de la soledad urbana, 
correr defectuosamente de ello.

Y fue esa defectuosidad, esa inhabilidad, 
cuándo más falta le hacía 
correr en la vida como Usain Bolt, 
la que nos hizo reír...

Porque huía de un peligro,
de la muerte,
de una guerra que no es suya
(las guerras nunca son nuestras:
son de los que nos mandan a ellas),
y que se le echaba encima
como si quisiera apoderar de él...
pero no podía poner su cuerpo
en funcionamiento-motor
como hubiese querido,
y al correr vimos 
que se se sentía impedido, perdido, 
naúfrago en la desolación urbana

El y la guerra.
La guerra y él.
Y había que dar
la vuelta atrás y correr...

Y si cuándo se acabe 
y pase toda esta MIERDA,
ese hombre,
del cúal nos hemos reído,
sigue existiendo, 
me gustaría conocerlo,
darle un abrazo,
y, como a un hermano,
explicarle todo esto
a ver si, al contarselo de esta manera,
quíen sabe, a lo mejor
hasta él mismo 
podría reírese conmigo,
y asi, al reírnos juntos,
catarsis redentora, 
pudiéramos los dos
escapar por unos momentos
de este mundo humano
que se hunde en un abismo
y en el que todos,
en un momento dado,
vamos a tener que salir corriendo
con nuestros impedimentos...