-¡Ay, si sólo las restricciones
fuesen para los pringaos...!
-Los pringaos.
Hoy me habéis conectado
con esta palabra
de tantas remembranzas
y andamios colgados.
-Porque para los pringaos son siempre
las sobras del plato,
del plato de las sobras;
limpiar el plato del puchero
dónde al final,
con los restos cárnicos,
la panceta del 100% fat,
el hueso de tuétano a mano,
la morcilla y el tocino ligado,
se formaba un "pringón" demiúrgico
con el que nos descriamos...
-Hasta que comenzó a llegar
otra "pringá, ésta Donated by the People
of the United States of América:
latas de 5 kilos de queso anaranjado
con el que alimentaron
en las escuelas españolas
a los niños que el puchero
del pringón en casa
habían dejado...
-¡Ay...si sólo las restricciones
fuesen para los pringaos…!
-...Todas las facturas,
todos los remiendos,
los zurcidos,
los parches
y las costuras...
del coste del buen traje
son siempre para los pringaos,
los que comieron y siguen comiendo
la pringá y las sobras
que caen del plato
de los que viven
lucientes y satisfechos
ajenos y ajenas al pringón
por dónde todos pasamos
y que se pueden saltar las vallas
dónde otros nos matamos...
-Nada nuevo en esta criminal "demo",
en este 'demo'-níaco "algoritmo"
con el que a los pringaos
se los programa para que sigan
con su tocino y pan al final de una cola
de un "puchero" que ya esta al descubierto
por sus cuatro costados...
-Los pringaos
vivimos en una contínua pandemia
con el virus de turno
para nosotros contratado,
con cuarentenas, decimos y novenas
a cumplir y obedecer
si queremos encontrar trabajo...
si queremos que al llegar a casa
encontremos aún caliente
el puchero que nos han preparado
-¿Qué cómo lo sabemos?
Porque llevamos en nuestro ARN
el mensajero de un 'pringón'
al que nunca hemos renunciado
porque una conciencia
--que por el mundo hemos forjado--
nos ha hecho elegir el bando de ellos
dónde nos hemos quedado...
-¡Ay...si sólo las restricciones
fuesen para los pringaos…!
Manué,
Casilohicístes