Espero que no me hagas
lo mismo que en la película
de Carlos Saura,
Deprisa deprisa,
si no San Valentín
se enfadaría
mucho contigo...
aúnque espero
que no te hayas
ido tan deprisa
como para no dejarme
un poco de dinero.
Si me das a elegir
entre tú y ese cielo,
dónde libre es el vuelo,
me quedo contigo,
entre tú y ese cielo,
dónde libre es el vuelo,
me quedo contigo,
siempre contigo...
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--Esta película de Saura obtuvo el Oso de Oro
del Festival de Cine de Berlín, 1981
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Post Data:
¿Será que al igual que el gollesco
sueño de la razón produce monstruos,
el otro sueño gollesco del amor
también produce monstruos?
Porque hay algo, una clase de pathos
en ésta música que duele, ¿no?
Es que pertenecemos al Homo libidinalis,
mono sexómano lo llamamos en las tertulias
para ir al grano y dejar la academia a un lado.
Es que la vida sexual, amorosa,
emocional, instintual, reproductiva,
del Homo sapiens,
es sui generis, especial, única.
El sesudo Don Seguismundo, el Freud,
decía, sin inmutarse y con razón,
que la entera Humanidad
era su paciente.
(El era también paciente, claro,
pero hablaba desde la posición
de Maestro de pacientes)
Fue Charcot, el más famoso médico de la época, el que puso al sesudo e inteligente Freud sobre la pista amorosa del mono sexómano.
La frase de Charcot, tratando a una paciente de histeria:
"Pero en tales casos siempre es la cosa genital,
siempre, siempre, siempre!",
marcaría la carrera de Freud.
¿Vendran de aquí, de éstas raíces,
de éstas hojas de parras,
ese árbol solitario del amor,
la felicidad,
la ambivalencia,
el dolor...
ese algo,
esa clase de pathos
que en ésta música duele,
si me das a elegir
entre tú y ese cielo,
y que se nos clava como un puñal
indeterminado que rasga,
abre y cierra,
levanta y cae,
sobre ese sueño gollesco del amor
que produce monstruos
de los que no podemos prescindir?