No es un síntoma
de buena salud
el estar adaptado
a un sistema enfermo
y colapsado,
que, por otro lado,
de forma tan eficaz
está implantado...
lo que hace entender
(sólo entender)
la inconsciencia,
la ignorancia y el miedo
de los adaptados,
no ya en el plano clínico,
sino como opresión
y enajenación suprema
que nunca en toda la História
se había registrado.