Wednesday, December 11, 2019

The Sound of Silence


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nadastes hacia el horizonte
y no lo hallastes,
el recuerdo de la tierra
te impidió salvarte

decía albert camus 
que el pensamiento 
es la nostalgia del hombre. 
funciona también al revés. 
todo funciona al revés.
al derecho y al  revés.

a veces nos toma de la mano 
la nostalgia para llevarnos 
por profundos caminos del pasado,
esas galerías a cielo abierto
dónde vamos  excavando
y que atrás van quedando
como si fuesen la estela
de un misterioso barco.

faulkner tenía razón: 
el pasado ni siquiera es pasado,
y siempre, en silencio,
inadvertido, 
de presente disfrazado,
camina a nuestro lado,
aguardando,
aguardando siempre
el momento justo
para asaltarnos;
en silencio,
como lo tallado,
como si no quisiera
ser notado;
rejones de sentimientos
y recuerdos atravesados
para amansar al toro furioso
y dormido
de todo lo que hemos tocado,
y amado;
y después,
 temps retrouvé,
en encajes de bolillos,
en la noche,
sin ser vistos ni calculados,
trenzamos los hilos
de nuestros silencios
en plena orfandad
de todo lo que vamos dejando...

es cuándo supura 
por postigos no cerrados,
una música,
o un compás aplazado,
o ese susurro del pasado
que ni siquiera es pasado
y que se presenta, 
de repente,
sin avisarnos,
sin defensas
para justificarnos...
y nos volvemos a encontrar
dónde ahora no estamos.

FELIZ NAVIDAD


El Carácter Diabólico del capitalismo 
en su facies hippocratica:
el luciferino --y kafkiano-- engaño
bajo el que sucumbimos

En la tarjeta navideña --Feliz Navidad-- a la entrada del portal de ésta bitácora de barco varado--varadísimo ya-- no nos percatamos de la parte final del Evangelio de San Mateo, que decía: 

"De modo que tendrá cada uno por enemigos
a la gentes de su propia casa"

Y es muy interesante.
Y más que eso: muy en consonancia con nuestra época en la cúal la clase dominante y ricachona --la que será mas difícil que entre en el reino de los cielos que un camello pase por el ojo de una aguja--, ha sabido meter en nuestras propias casas a nuestros propios enemigos...¡Que jugada más genial!

Sabían -y saben- que enfrentándonos y poniéndonos en discordia los unos contra los otros, 
al hijo y al padre,
a la hija y la madre,
a la nuera y la suegra,
a todos contra todos
--sobre del efectivo divide et impera--,
es el idóneo reconducir la discordia 
por canales lejanos al origen 
de sus auténticas causas.

Ahora vemos 
el gran y puro realismo
de ésta parte final de la alegoría.