En España, en la decada de los cincuenta,
el otro, el tú, importaba mucho, mucho.
Porque cuándo cantabamos
me importas tú, y tú, y tú,
y solamente tú, y tú, y tú,
me importas tú, y tú, y tú,
y nadie más que túuuu...
el país estaba siendo fusilado,
torturado,
encarcelado,
esclavizado,
vejado,
exilado,
perseguido,
reventado,
humillado...
me importas tú, y tú, y tú,
y solamente tú, y tú, y tú,
me importas tú, y tú, y tú,
y nadie más que túuuu...
el país estaba siendo fusilado,
torturado,
encarcelado,
esclavizado,
vejado,
exilado,
perseguido,
reventado,
humillado...
Por eso, en la incipiente juventud,
cuándo entonabamos
el me importas tú, y tú, y tú...
creíamos que, bajo ésta solidaridad,
había alguna esperanza.
Despues, al crecer,
y enterarnos de que era una canción de amor
nos llevamos una gran decepción...