"El espíritu del Señor está sobre mi...
Y me envió a darle la Buena Nueva a los Pobres,
a poner en libertad a los oprimidos
y a liberar a los cautivos"
(San Lucas, 4 16-25)
La Procesión va por Dentro
en una Contínua Semana Santa
que vamos descifrando por la vida
hasta llegar a una Cueva de Platón
donde los cuerpos y sus sombras
ya no se confunden
en la caverna que nos guía...
Son las dos de la madrugada.
Hemos visto por televisión
salir el paso de la virgen Esperanza Macarena
de la Basílica de la Macarena.
Espectacular.
Temps retrouvé,
bordados en el pasado
como el manto de la Virgen,
memorias y recuerdos
de cuándo eramos monaguillos
en los pasos de Semana Santa
y llevabamos el incensario,
el cirio, o encendida la rosa
de la infancia dónde todo
tal como aperecía se vivía...
La música,
las imágenes,
la flores,
la joyas,
las velas encendidas,
el olor a cera,
el ritual alumbrado
de obediencia y devoción.
Los costaleros debajo del paso,
seres misteriosos,
olor a vino y sudor,
levantadores de espaldas anónimas
que ni podían respirar
...y la infancia filtrando
todo aquello que florecería un día
para abrir ventanas
que cerradas asemejaban estar
en un más allá amenazante
del que lloraba la Virgen
al ver a su Hijo
siendo crucificado sin remisión.
Después llegabamos a casa
y durmiendo nos asaltaban sueños
y pasadizos dónde los niños malos
perdían sus incensarios
y también se perdían sin remisión.
No sabíamos muy bien que era aquello,
sin embargo todo nos envolvía,
era mágico,
misterioso,
cercano y ajeno
y había que creerlo
y se creía...
nos habían prometido el cielo
y había mucho en juego.
Era también una puerta secreta
por dónde nos hacían entrar
sin explicarnos qué se encontraría,
que teníamos qué identificar,
pero sentíamos un extraño murmullo
de acacias y horizontes nuevos
que nos daban tranquilidad...
¿Quíen podía imaginar
que la tumba de Queipo de Llano
estaba en aquella
Basílica de la Macarena
dónde todo era religión,
fe,
esperanza y caridad,
y un Dios supremo
nos cuidaba y protegía
de todo mal?
Nadie.
Nadie.
(¿Sabría la Macarena la historia
y nunca nos la quiso contar?)
Es como si el tiempo
fuese también una procesión,
una larga procesión
de pasos y penitentes
que anda a prisa,
muy a prisa,
dónde todo se va quedando atrás,
olvidado,
enterrado,
sin marcas ni insignias,
sin sellos que reconocer
para saber la verdad...
La Procesión va por Dentro
en una Contínua Semana Santa
que vamos descifrando por la vida,
pero, depende...
puede ser que nunca
la descodifiquemos
la descodifiquemos
y nos quedemos siempre
de monaguillos
de monaguillos
girando un incensiario
en el mismo altar...