En su breve escrito de 1927, "El humor", Freud pone el ejemplo de un preso que va a ser colgado en la horca un lunes y, ante ésta situación, el reo dice "¡Bonita manera de empezar la semana!".
Este ejemplo mostraría la diferencia esencial entre el chiste y el humor. Mientras que el chiste supone el afloramiento de elementos subconscientes de la realidad, el humor supondría la negación de esa realidad para poder defenderse ante ella y superarla.
Lo que hace el preso en el ejemplo es negar la realidad superándola y despreciándola mediante la broma.
Y es que el Ananké, el Principio de la Realidad para Freud, siempre es para el homo sapiens muy duro de aceptar, y de aqui el rechazo --en aras de la sobrevivencia-- que provoca en nosotros debido al sufrimiento que conlleva el aceptarlo. Podríamos decir este rechazo, ésta negación del carácter trágico de la realidad, aparece esencialmente en lo humorístico y anecdóticamente en el chiste.
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