Sunday, December 31, 2017

LOS MUSICOS CALLEJEROS


En un lugar de Cataluña, 
de cuyo nombre no quiero acordarme, 
dos músicos transforman la monocorde rutina 
de la calle en vuelos de lirios urbanos 
que se adentran en los paseantes 
como esporas que curan el tedio del alma.

Los músicos callejeros ocupan el lugar más alto
en el parnaso de Orfeo, 
personaje de la mitología griega 
que cuándo tocaba su lira 
los hombres descansaban sus almas.


Mas que los músicos que tocan bajo las bóvedas acústicas de los grandes palacios de concierto en el respetuoso  silencio de las damas y caballeros acomodados 
en el patio de butacas que al unísono 
tocan las palmas reglamentarias, 
son los humildes músicos callejeros 
los que ponemos 
en el podium de la más alta escala. 

Cristo se sentaba a escucharlos,
cuándo, cansado de predicar, 
bendecía sus melodías, 
balsamos para las heridas humanas.
Por eso los tuvo presente 
en su Sermón de la Montaña:

Bienaventurados los que traen su música a la calle,
al pueblo, sin esperar plebendas y recompensas, 
porque de ellos será la música celestial del cielo.

No exigen nada, nada a cambio.
Ni que se paren a oírlos,
Ni que le toquen las palmas,
Ni que los reconozcan en ningún sentido 
Sólo la libre voluntad de los viandantes
Sin coacción ni lúdricos prestigios.

Uno es búlgaro, la trompeta.
La otro, aleman, el acordeón.
Dos desplazados del orden mundial.
Dos notas desarraigadas del pentagrama oficial.
Dos barcos que tratan de no naufragar.

El primero tocaba en la banda del ejército
"hasta que llegó la democracia 
y todos perdimos el empleo",
dice con voz rota en todos los espejos

Le pregunto al aleman y el búlgaro habla por él:
"conoce tres palabras en español
y más no quiere saber"
Tocaba 'music assembly'
hasta que se vino a España
a tocarle a los turistas que llegaban"

¿Quíenes son,
dónde viven,
cómo viven,
cómo se las pañan,
a qué horizontes se acercan sus entrañas,
que sueños llevan en sus almas,
que vientos empujan sus esperanzas,
en que paño limpian sus lágrimas,
en que alcoba nocturna 
dejan las visiones del mañana,
quíenes son...? 

Todos pasan indeferentes y nadie les pregunta nada.
Pero Cristo si los recordó en el Sermon de la  Montaña.