El pasado es ahora.
Y el futúro también.
El presente, comprimido entre ambos,
no existe, carece de espacio:
es futúro y es pasado,
al mismo tiempo,
con las mismas bisagras,
con los mismos grados.
Estamos vivos o muertos
entre éstos dos campanarios
donde repican nuestras campanas
en un ahora sin tiempo
que nunca abarcamos.
entre éstos dos campanarios
donde repican nuestras campanas
en un ahora sin tiempo
que nunca abarcamos.
Estamos vivos o muertos
sin saber qué está pasando,
si ya estamos en la otra orilla
o aún no hemos cruzado.
Estamos vivos o muertos
ignorando dónde radicamos,
sin adivinar si venimos o nos vamos.
Estamos vivos o muertos
en éste presente que no existe,
comprimido entre futuro y pasado.
¿Estamos vivos o muertos?
Tendremos que preguntarlo.
Pero hay que darse prisa
antes de que no podamos...