Mal andamos.
La próxima presidente del imperio
cree que Putin no tiene alma,
es decir, que no es un ser humano.
Lo mismo pasó cuándo el otro imperio español,
bajo esa misma cláusula,
genocidó a la desalmada
población nativa americana
para conquistar riquezas, oro y plata,
hasta que, finalmente,
el papa Paulo III publicó el 2 de junio de 1537
una bula, “Sublimis Deus”
(cuando empezó a escasear
la mano de obra barata),
en la que a los nativos descubiertos
se les otorgaba la susodicha alma.
¿Estará pasando lo mismo ésta vez
para ir a conquistar petróleo, gas,
tierras, oro y plata,
y poderse traer a casa
el botín de guerra
que ni Napoleon ni Hitler
pudieron lograr en sus famosas campañas?
¿Llegará a tiempo ésta vez
--antes del genocidio--
una “Sublimis Deus”
que haga a Putin y a los rusos
seres humanos con alma
e impedir asi un apocalípsis
...porque aquí no habran
ni caballos, ni espadas ni lanzas,
sino un hongo blanco
dónde el mismo “Sublime Dios”
se hará demonio carbonizado
de sombras y llamas?
PD:
Por lo menos, don Donald Trump sí cree que Putin tiene alma.
Y ésto ya, en los oscuros tiempos, es una ventaja...