que triste cae la lluvia
en la casa ancestral,
esa de ventanas cerradas
que nunca pudímos abrir
ni imaginar,
dónde nos hemos caído
y otros se caeran
esa dónde los lirios son delirios
de fracasado carnaval,
dónde los niños locos
juegan a columpiar al ahorcado
que nunca resucitará
que triste cae la lluvia
en la casa ancestral,
dónde las gaviotas
no alcanzan a llegar
porque el mar está lejos,
muy lejos,
y no se puede hallar,
porque los sueños
estan anegados de naufragos
sin costas, sin lugar,
y nunca se salvaran.
que triste cae la lluvia
en la casa ancestral,
esa de altos techos
que eran de toda la comunidad,
la que todos construímos un día
cuándo las cosechas se repartían
y se compartía el pan,
y alguíen dejó la puerta abierta
y las ventanas cerradas
para que entrara el lobo
y nadie se pudiése escapar
¿cúal es la casa ancestral?.
esa dónde nos hemos caído
y otros se caeran
en las mismas escaleras,
en las mismas montañas
que nunca sabemos escalar,
esa dónde un día nos amamos,
a la luz, al aire,
y que ahora, en ruínas,
parece zozobrar...