Dios es un Naufragio,
un Naufragio titánico
(Que aprovechan los fabricantes
de botes salvavidas para enriquecerse
y robarnos)
Estamos tan separados,
tan alienados,
tan Naufragos
en los laberínticos mares
de nuestro desequilibrado
cerebro profanado,
que Dios, para la humanidad,
es ese ansiado padre y madre perdidos,
el seno natural,
el de la Naturaleza,
al que ya no podemos regresar...
que hemos tenido que fabricar,
que inventarnos,
una realidad "virtual":
Dios:
ese bote salvavidas,
no ya para tratar de escapar del Naufragio
--que es irreversible en todos los planos--,
sino para suavizarlo,
para hacer mas llevadero
el hundimiento del barco,
tanto el social como el metafisico,
que ambos llevan las mismas velas
hacia su destino,
:::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::.
PD:
El Budismo Zen tiene una definicion del hombre que nunca olvido: 'El hombre es una pulga saltando siempe en una plancha caliente'
Todo lo que he escrito ahora,
todo lo que he escrito
en ésta bitácora de barco varado,
--que ya es bastante el rollo, don Genaro--,
ha sido, precisamente,
ha sido, precisamente,
detallar cada uno de esos saltos,
porque si me hubiése quedado
en mi plancha sin saltar
me hubiése achicharrado.
A todos nos pasa lo mismo, claro.
Lo que cambia es si elegimos
el salto de longitud o el vertical,
el clavado directo en el agua,
o el salto mortal.
Yo, ultimamente vengo cogiendo la pertiga,
pero no es facil...por la altura
que hay que alcanzar,
nada más.
A todos nos pasa lo mismo, claro.
Lo que cambia es si elegimos
el salto de longitud o el vertical,
el clavado directo en el agua,
o el salto mortal.
Yo, ultimamente vengo cogiendo la pertiga,
pero no es facil...por la altura
que hay que alcanzar,
nada más.
Y, por último, diremos que los conscientes del aforismo del Budismo Zen, no podemos creer en Dios porque nos paralizaría el saltar creyendo que es El el que salta por nosotros, y terminaríamos asi calcinados a la plancha como suculentas gambas para deleite de los comensales de turno.