Hoy se celebra en Valencia la final de la Copa del Rey
entre el Madrid y el Barcelona.
Y nos hemos quedados muy extrañados
porque no sabíamos que el reino bobónico
poseyera cartas tan poderosas,
como es el Rey de Copa,
y otras más, en su mano real.
Pero bueno, así son los juegos de cartas de los reyes.
Esta otra carta, como vemos,
es el citado Rey de Copa,
dónde la copa de marras
parece flotarle al rey en la mano
parece flotarle al rey en la mano
...¡Flotan tantas cosas en la patria
que no es raro que copas y coronas floten
por todos lados y estadios!.
Es, lo que muchos dicen,
un país flotado, o fletado,
como se quiera mirar el resultado,
dónde los fletadores lo tienen todo bien montado
con Copas del Rey y Rey de Copa por todos lados.
Al final, todos encopados y copados.
y pasamos de las copas y los estadios
al Rey de Bastos, que, como podemos apreciar,
es un gran tolete lleno de euros,
de dineral, de fuerza, de palos,
de acumulación de capital,
de atontamiento colectivo,
de indignidades, de asaltos, de sablazos.
Pero pasemos a la siguiente
dónde veremos el sablazo desenvainado.
Aqui ya está todo muy claro:
desde la Copa del Rey al Rey de Copa,
desde el Rey de Bastos al Rey de Espadas,
la operación ha sido un éxito rotundo
y tenemos que felicitarlos.
Porque hoy, en el Estadio Mestalla de Valencia,
cuándo éstos cuatro diferentes reyes
entreguen la Copa al equipo ganador,
las gentes solo veran uno: el de la Copa del Rey.
Mientras el que se lo entregó todo:
la corona, la copa, el bastos y la espada,
para que continuara su divino linaje en la tierra
por generaciones a venir, desde el cielo,
"Ad Majorem Dei Gloriam",
sabrá apreciar que su inmortalidad está a salvo,
incluso en los estadios de fútbol.
