nuestra rapidísima elipse existencial.
Esa que, desde que aparecemos a la vida,
nos va sumando año tras año
...hasta que, en un punto dado,
'dejamos de contar'.
(La elipse sigue, pero nosotros
ya no estamos aquí más para 'contar')
Porque son en éstas unidades anuales
con las que los humanos contamos
nuestro efímero y extraño paso
por éste Planeta que circula
alrededor de su estrella a una velocidad
-dicen- de 30 Km. / segundo.
Una barbaridad
Pero nuestras vidas corren y circulan
a muchísima más velocidad, mucha más,
a ésta, por ejemplo...otra barbaridad:
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¡No tan rápido, por favor!
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Por eso, yo,
en el cotillión de éste fin de año,voy a brindar, mejor dicho,
voy a pedir, a pedirle a la Elipse
--con mayúscula--
que no corra tanto,
que baje su velocidad,
su marcha,
su fantástica celeridad
...porque yo creo que Einstein se equivocó
cuándo dijo que la máxima velocidad
es la de la luz,
y no es cierto, la maxima velocidad
es la de la Elipse de la vida humana.
Asi, que, brindemos todos pidiéndole
a la Esfingie de la Elipse,
que, por favor, no mueva tan rápido
la noria de los años
que se nos van tan apresurada-mente
la noria de los años
que se nos van tan apresurada-mente
'como agua entre las manos'.
Una preciosa, única e irrepetible agua
que, en un espacio de tiempo cortísimo,
tenemos que aprovechar, comunalmente,
para tratar de regar y cultivar
una tierra dónde todos quepamos.