Vamos a hacer una inversión.
En lugar de decir:
Tengo vida
Tengo tiempo
Tengo conciencia --Yo--.
Digamos:
La vida nos tiene
El tiempo nos tiene
La conciencia nos tiene
--El Yo nos tiene--
Estamos poseídos por lo que creemos poseer.
El poseedor poseído.
Estamos "poseídos".
Tenemos que "autoexorcisarnos" para encarrilarnos.
Somos productos, no ya accidenales, históricos, coyunturales y contingenciales, sino eventualidades biológicas que, por un lado, pertenecemos a una evolución natural ADNistica de unos tres mil millones de años, y, por otro lado, derivamos de una evolución artificial de unos millones de años dónde nos hemos hecho a nosotros mismos y de la que ha surgido una conciencia, un medio de comunicación, postizo y artificioso, el habla --no se nace con ella, se aprende de los otros--, mediante la cual alcanzamos una conciencia, un Yo, con el cual, si, podemos crear una una bomba atómica y "El ser y el tiempo" de Heidegger, pero que, al mismo tiempo, nos alienea y nos trabuca completamente de la realidad ontológica de lo que genuínamente somos hasta llegar a decir:
Tengo vida,
Tengo tiempo,
Tengo conciencia --Yo--.
Estamos poseídos por lo que creemos poseer.
El poseedor poseído.
Estamos "poseídos".
Tenemos que "autoexorcisarnos" para encarrilarnos.
¿Estaremos "poseídos"
por la vida,
el tiempo
y la conciencia,
y todo ello,
en nuestro espurio y contrahecho cortex cerebral,
no conformará un demiurgo "demonio"
que es la esencia
de toda nuestra filogenética desorientación,
descontento e insatisfacción en general?