Sunday, October 31, 2010

Y TÚ Y YO VOLVEREMOS A SER UN DÍA...


A Laurelle.

¡Oh...aquella casa en Santa Rosa
dónde el viento
se hacía murmullo de frondas!

Aquella casa
dónde la primavera, el verano,
el otoño y el invierno,
cuatro puertas abiertas,
vestían de galas los campos,
el cielo, la luz, las estrellas.
Y el Buiñas corría entre árboles y sedas,
felino de libertades de perlas,
y los pavos reales trenzaban
cantos de mágicas trompetas...
¿Recuerdas?
Y al atardecer,
inmáculas las esperas,
aquella gran extensión de tierras,
de yerbas altas,
eucalíptos,
lejanías,
y casas viejas,
doblegaba péndulos,
levantaba la cadencia.

¡Oh...aquella casa de Santa Rosa
dónde el viento
se hacía murmullo de frondas!

Y tú y yo volveremos a ser un día
como el Viento...
y nos perderemos en su invisible morada
desde la que,
un día,
nos hicíeron salir.
Y el silencio,
el mismo que una vez rompimos al soñar,
empujará de nuevo al Viento,
y éste mecerá al árbol.
Y del árbol saldrá volando
el mismo pájaro
que siempre vimos pasar
sin comprender...

Santa Rosa, California, Verano, 1981.