"No creaís que he venido a traer la paz;
no he venido a traer la paz, sino la guerra.
Porque he venido a poner discordia
entre el hijo y el padre,
entra la hija y su madre,
entre la nuera y su suegra;
de modo que tendrá cada uno por enemigos
a la gente de su propia casa..."
San Mateo 10, 21-34 y 10, 35-11, 5
La parábola es elemental:
no podemos seguir la doctrina de Cristo,
sus enseñanzas,
sin tenerse por enemigos
a la gente de nuestra propia casa,
es decir, al 'status quo' al que pertenecemos,
que, al igual que el pueblo del $anedrín Colonial
que lo mandó a crucificar,
siempre son los enemigos de clase
de todo Redentor que viene a
"darle la Buena Nueva a los Pobres,
a Emancipar a los Cautivos
y a predicar la Liberacion de los Oprimidos",
porque todos sabemos que,
con 'Amor y Paz',
es imposible e ilusorio el conseguirlo.
Y esto es lo que, a toda costa,
se impide, se omite y se tergiversa,
para que nadie se atreva
a darle la Buena Nueva a los Pobres
en un Mundo donde se crufican
a los que predican en este sentido.
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POST DATA
"No sólo no soy moderado
sino que trataré
de no serlo nunca,
y cuándo reconozca en mí
que la llama sagrada
ha dejado lugar
a una tímida lucecita votiva,
lo menos que pudiéra hacer
es ponerme a vomitar
sobre mi propia mierda"
Ernesto Guevara de la Serna,
Carta a su madre,
México, Julio 15, 1956
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Cristo, obviamente, poseía
la misma irreverente inmoderación,