Thursday, May 22, 2025

LE DAMOS LA BIENVENIDA A NUESTRA "BITACORA DE BARCO VARADO" A "PUEBLO COMUNERO" (*) 'LA IZQUIERDA CASTELLANA'

Los cantos de sirena

Uno de los pasajes más famosos de la Odisea de Homero, escrita hace unos 2.800 años, nos cuenta cómo Ulises -siguiendo el consejo de la hechicera Circe- se hace atar al mástil de su embarcación y ordena a la tripulación taparse los oídos con tapones de cera para no escuchar el canto de las sirenas, embrujada melodía que hacía sucumbir a los marineros en las aguas. 
Manteniéndose firmes en su propósito y siguiendo las instrucciones del héroe griego, los navegantes consiguen eludir el mortal peligro y mantener el rumbo de la nave. El panorama político actual está repleto de distracciones y elementos que inducen a confusión sobre lo que está sucediendo en el mundo y sobre la verdadera naturaleza e intención de los agentes más significativos que operan en él.  

Por supuesto, más allá de la existencia de estos «cantos de sirena» que hacen «naufragar» a muchos, tampoco falta quien se inclina directamente por el autoengaño como fórmula de evasión; suele decirse que no hay buen viento para quien no sabe a qué puerto se dirige.

Un ejemplo de estos cantos de sirena puede encontrarse en la lectura que determinados medios han estado haciendo sobre León XIV, el primer papa norteamericano. 

Sin perspectiva alguna, comentaristas y opinólogos habituales pretendieron desde el momento de su elección colocar a Prevost en una línea de continuidad respecto al pontificado de Francisco, vendiéndolo como un “nuevo papa progre” que desafiaría a la Administración Trump. 

Lo cierto es que el pontificado de Bergoglio fue abundante en gestos de bienintencionada apariencia, en sintonía con el curso de estos tiempos vacuos, pero en la práctica el suyo fue un mandato que pasó sin pena ni gloria; podría destacarse el inicial impulso al ecumenismo en la reunión sostenida en 2016 en La Habana y en presencia de Raúl Castro con el patriarca Kiril, representante de la Iglesia Ortodoxaen el que fue el primer encuentro entre ambas iglesias cristianas desde el Cisma del año 1054, pero a este acercamiento se le cortaron rápidamente las alas.

El papa Francisco, el patriarca Kiril y Raúl Castro en su encuentro en La Habana en 2016

Los primeros gestos públicos de León XIV sin embargo nada tienen que ver con esa hipótesis que asegura una línea continuista respecto a Francisco, empezando por la elección de su propio nombre, que establece más bien su sintonía con León XIII (1878-1903), el pontífice que confrontó con el auge del movimiento obrero de finales del siglo XIX promoviendo las ideas antisocialistas a través del sindicalismo católico (la encíclica Rerum Novarum de 1891 fue fundamental para fijar la nueva posición de la Iglesia tratando de neutralizar las propuestas revolucionarias). 

Sus primeras declaraciones son suficientemente elocuentes para ir disipando dudas, entre las cuáles destaca el cambio de rumbo respecto al conflicto en el Este de Europa, posicionándose abiertamente con las posturas atlantistas y empezando a intervenir de manera activa en este asunto. 

En cuanto al recrudecimiento de la situación humanitaria en Palestina, León XIV no ha hecho sino abstracciones imprecisas ante la guerra genocida de Israel, barbarie que refleja la absoluta bancarrota moral en que se encuentra la gobernanza occidental, incluyendo su ecosistema cultural (y hablando de cantos, solo hay que ver lo ocurrido un año más con el Festival de Eurovisión). 

León XIV no es ningún outsider, sino una figura que en líneas generales mostrará su sintonía y la del Estado Vaticano con el proyecto de dominación global de la Administración estadounidense. 

Nadie debería extrañarse por ello: otro papa, Pío XII, al frente de la Iglesia durante los años 40 y 50 del pasado siglo, fue un feroz anticomunista que guardó silencio y abogó por la «neutralidad» ante el Holocausto y el genocidio fascista.

El papa León XIV recibe al Vicepresidente estadounidense J. D. Vance

Otro de los cantos de sirena habituales de estas semanas es que Trump, pese a sus exabruptos, es una suerte de pacificador; incluso se ha podido ver cómo desde algunos medios se ha resaltado su falta de entendimiento con Netanyahu a cuenta de las medidas que deben tomarse contra Irán, exponiendo que el yanqui apuesta por vías diplomáticas y frena la agresividad de Israel, como si las diferencias de matiz respecto a cómo abordar la decisión del Estado persa de defender su soberanía fueran más allá de consideraciones puramente tácticas. 

Hemos señalado en anteriores editoriales cómo la Administración Trump, con el vicepresidente J. D. Vance en un destacado lugar, prepara su propia agenda para la guerra, tratando de reordenar algunos de los escenarios bélicos alimentados por el Partido Demócrata e incorporar los preparativos que les permitan confrontar en la mejor de las condiciones con su principal rival estratégico, que no es otro que China. Para llevar adelante ese proceso afinan sus alianzas, entre las cuáles están algunos de los miembros de los BRICS+ (y de los que cabe augurar que, en caso de conflicto abierto, se decantarán probablemente por el bando del imperialismo, siendo los casos más claros los de Emiratos Árabes Unidos, Arabia Saudí e India). 

Por su parte, la tradicional sumisión de la Unión Europea y de cada uno de sus miembros a los EEUU y al Reino Unido se mantiene pese a las proclamas de una supuesta autonomía estratégica del continente, y Trump, con una advertencia, ha conseguido lo que pretendía: acelerar el rearme de Europa y que los socios de la OTAN asuman un nuevo aumento del gasto público en Defensa, que se sustanciará en la próxima Cumbre de la Haya en junio (ya se está hablando con total naturalidad de elevar al 5% del PIB). Simultáneamente, el imperialismo agita todos los escenarios posibles a través de sus terminales: lo hemos visto recientemente en Siria, y hay que prestarle atención a los intentos por desestabilizar a través del yihadismo (la CIA con chilaba) a Burkina Faso y en general al proceso puesto en marcha por parte de los países del Sahel para recuperar su soberanía.

Trump posa con Mohamed bin Salman de Arabia Saudí y Al-Julani, el salafista erigido en nuevo mandatario de Siria.

Nunca debe perderse de vista que entre los instrumentos preferidos del Sistema imperialista se encuentran la mentira y la manipulación sistemáticas.

 Un ejemplo más cercano, cotidiano y brutal que venimos denunciando está en la farsa y chantaje de la transición ecológica, que promete a través de los fondos de inversión y las grandes multinacionales de la energía una lluvia de millones de euros y puestos de trabajo a lo largo y ancho del medio rural, que solo servirán para intensificar su proceso de vaciado humano; similar consideración se puede hacer sobre la industria verde caqui, la industria militar.

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Lo dicho.
Bienvenido Pueblo Comunero
a este nicho bitacorero de un barco varado
que ya no navega (por pureta entrópico),
pero que, aún embarrancado,
observa el movimiento marino
de los Pueblos Comuneros
que, a toda máquina,
persiguen los puertos de sus destinos
advirtiendonos contra 
las embrujadas -y torpes- melodías
de los cantos de sirenas
que tratan de que naufraguemos.
No lo conseguiran.
Desde nuestro barco varado
lo comprobamos todos los días
porque al estar inmóviles
tenemos todo el tiempo y la precisión
para poder analizar y juzgar.
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(*) La Guerra de las Comunidades de Castilla, también conocida como la Rebelión de los Comuneros, fue un levantamiento armado, debido al descontento Politico-Socio-Economico, contra la nespótica Corona de Castilla a principios del siglo XVI, durante el reinado de Carlos I. . 

DIOSES BENEVOLOS QUE NOS AYUDAN A CRUZAR A LA OTRA ORILLA...

Escultura del Dios Nereo encontrada en Carmona, Sevilla

Caronte, el Barquero mitológico, llevandonos a la Otra Orilla.
(Del Poema Sinfónico de Rachmaninoff, La Isla de los Muertos

¿Por qué no iban haber Dioses benévolos si también los hay monstruosos y de mala leche que se dedican a crear mundos para equivocarse y sentir que tendran que rectificar lo que han hecho porque de su obra no se benefició nadie?

Los dioses benévolos son deidades que, en diversas mitologías y creencias, son percibidas como amables, compasivas y protectoras hacia la humanidad. A menudo se los considera guardianes de la armonía, la justicia y la bondad, y se los venera por su ayuda y guía; si; lo sabemos, son raros, y cada día más, pero ahí estan.

Uno de ellos era Nereo, la estatua que encontraron en Carmona. En la mitología griega, Nereo era un antiguo y benévolo dios marino. Se dice que era el mayor de los cinco póntidas, esto es, hijos de Ponto, el dios del mar. Una lo imaginaba como hijo del Océano. Lo cierto es que tenía poder sobre las olas de los mares pues se lo vincula con los remolinos que acaecen durante las tormentas. Nereo es denominado, ya desde la épica arcáica, con el epíteto de "anciano del mar", y era considerado por ser un buen consejero de sabias palabras.

Pero los Dioses Benévolos tienen una contradicción muy particular, una paradoja dialéctica que no tienen los dioes corrientes de mala leche. 

Y consiste en que si, nos hacen la vida agradable, pero, ya a punto de embarcar con Caronte, cuándo nuestro cuerpo se empieza a escacharrar, Nereo se vuelve aún más inteligente, y para hacernos el resto que nos queda de vida mas agradable nos la hace mas desagradable para que nos cueste menos llegar al final; total, nos decímos: "para vivir escacharrados mejor es llegar al final y que se acaben los 'fardos que cargamos' ".

Ay, que bien, Dioses Benevolentes, 
dialécticos y penitentes,
que nos ayudáis 
haciéndonos la existencia 
agradablemente desagradable
para soportar mejor
las decadencias de lo isoportable:
la entropía física y cognitiva 
de la vejez implacable.

Y todo esto a colación de lo que expresó Sigmund Freud, ya achacoso, con el maxilar mecánico que le habían puesto despues de ser operado:

"Detesto mi maxilar mecánico porque la lucha con este aparato me consume mucha energía preciosa. Pero prefiero esto a no tener ningún maxilar. Aún así prefiero la existencia a la extinción. Tal vez los dioses sean benévolos con nosotros, tornándonos la vida más desagradable en medida que envejecemos. Por fín, la muerte nos parece menos intolerable que los fardos que cargamos"

Si.
Don Sguismundo tiene razón.
Una razón universal que se incrusta
en el instinto de sobrevivencia
que todos acarreamos
para conjuntar el ying-yang
de Vida y Muerte,
o como Don Seguismundo lo ponía,
Eros y Tanatos.