de cara al cielo
--no bajo el eclipse
que nos impusieron--,
a la interperie,
bajo estrellas
y nítidos luceros
y que baje la luna -putual-
a darme el último beso,
esa despedida inmacula
con la que se sale
de esta babel dislocada
de máquinas y señuelos
que montan los espejismos
que amordazan
a vivos y muertos
Quiero morir
de cara al cielo,
sin suelos ni techos,
sin paredes y sin cuentos,
esas parcelas
que solo sirven
para ahuyentar el miedo,
sin esas pseudocreencias
que solo avalan industrias
que nos robaron lo nuestro,
sin profesionales de la cura,
sin expertos galenos,
y sin auxiliares que pretenden
estar cerca cuando la lejanía
devora por dentro.
Quiero morir
de cara al cielo
sin testamentos,
sin herencias,
sin deseos,
desnudo frente al abismo
que llevamos al cuello,
y volver al mismo lugar
de dónde nos sacaron
sin nuestro consentimiento,
a lo inorganico,
a lo inexistente
al principio de nirvana,
al misterio,
a lo eterno,
dónde el azar y la necesidad
ya no rigan más
ni nuestros espíritus
ni nuestros cuerpos,
ni a la flor
que abre sus petalos,
indiferente a todo
menos a la belleza
que la posee sin saberlo
Quiero morir
de cara al cielo
--no bajo el eclipse
que nos impusieron--
de dónde una noche,
un día,
el alfa del Todo
abrió sus puertos:
el Universo,
ese holograma
cuyas partes conforman
el gran conundrum
de nuestra insignifiancia,
de nuestras grandezas,
de nuestros sueños,
y de esos ríos
que se tornaron lagos
en la azul tragedia
de los ambivalentes sentimientos
Quiero morir
de cara al cielo
de cara al cielo
--no bajo el eclipse
que nos impusieron--,
a la interperie,
bajo estrellas
y nítidos luceros
y que baje la luna -puntual-
a darme el último beso...
(Despues de venir
de una Tomografía Axial Computarizada,
el espíritu pide profilaxis de alas
que nos lleven al otro lado
dónde nos aguardan...)