Albert Camus, en el Mito de Sísifo, decía que cuándo más le interesa Sísifo 
es cuándo, tranquilo, quizás silbando 
y con las manos en los bolsillos,
baja a retomar su Roca 
para subirla de nuevo:
"es la hora de la conciencia" 
-dice Camus-
Puede ser. 
A nosotros nos interesa cuándo, 
cansado, a mitad del camino, 
ya no puede más y se tumba 
sobre su herramienta de trabajo, 
la Roca, 
y descansa, piensa y sueña 
en sus mundos arrebatados, 
en todo lo que pudo ser 
y nunca fue capaz de realizarlo. 
Vuela y trabaja en sí mismo 
porque los dioses controlan su castigo, 
pero no su horario, 
para aceptar -sin estar resignado- 
su interminable castigo 
que él siente que todos acarreamos. 
Asi se escapa del sinsentido 
y el absurdo de la muerte 
que esculpe y dibuja 
todos nuestros balcones y catafalcos. 
Y asi, una vez acuñada bien su Roca 
para que no ruede hacia abajo, 
se encarama a ella y reposa, calmo, 
como si en lugar de ser Sísifo 
fuese la misma Montaña 
que se lo ha tragado 
haciéndolo suya
como si de otra roca más se tratara, 
inmóvil y eterna, 
ajustada ya a la soledad 
de su destino de condenado.
Por eso ésta bitácora de barco varado 
se llama sísifocansado.
Por eso nuestas existencias,
subir y bajar con lo Dado
--necesidad y azar
que deambulan y pasan de largo--,
estan todas en el Sísifo
en su Roca encaramado...
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EL MITO DE SÍSIFO- Albert Camus
"...Sísifo ve entonces cómo la piedra
desciende en algunos instantes hacia ese mundo inferior desde el que habrá de volver
a subirla hasta las cimas, y baja de nuevo a la llanura. 
Sísifo me interesa durante ese regreso, esa pausa. Un rostro que sufre tan cerca
de las piedras es ya él mismo piedra. Veo a ese hombre volver a bajar con paso lento
pero igual hacia el tormento cuyo fin no conocerá jamás. Esta hora que es como una
respiración y que vuelve tan seguramente como su desdicha, es la hora de la
conciencia."
"A pesar de tantas pruebas, mi avanzada edad y la grandeza de mi alma
me hacen juzgar que todo está bien" (....) La roca sigue rodando.
Dejo a Sísifo al pie de la montaña. Se vuelve a encontrar siempre su carga. Pero
Sísifo enseña la fidelidad superior que niega a los dioses y levanta las rocas. El
también juzga que todo está bien. Este universo en adelante sin amo no le parece
estéril ni fútil. Cada uno de los granos de esta piedra, cada fragmento mineral de esta
montaña llena de oscuridad, forma por sí solo un mundo. El esfuerzo mismo para
llegar a las cimas basta para llenar un corazón de hombre. Hay que imaginarse a
Sísifo dichoso."
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No, don Alberto: Aúnque sabemos que Sísifo es la epítome 
del Absurdo en el fatal e ineludible Destino 
que tiene que cargar 
en la montaña de su suplicio, 
de esto a inferir que:
El también juzga que todo está bien.
Hay que imaginarse a Sísifo dichoso,
hay un larguísimo camino que se omite y que usted, por otro lado, delimita muy bien 
en L'Homme révolté. 
Y esta omisión, o ese rodeo que da usted 
para no tener que abrir las puertas 
que se le presentan cerradas, 
entendemos que, en parte, 
pudiera ser el coherente 
instinto de conservación  
que ve usted en Sísifo al verse obligado 
a sobrevivir sobre las penurias y frustaciones 
de su castigo que lo inducen 
a tener la necesidad (sobrevivencial) 
de verse obligado a sentir que todo está bien, 
y asi, establecida esta premisa operacional, 
verse impelido a ser dichoso. 
Pero todo esto es una artimaña, 
un juego de manos que usted se inventa 
(¿desde el campo del Absurdo 
o desde las bisagras giratorias 
de la epistemología de su extraviada 
conciencia de clase?) 
para acoplar a Sísifo al inexorable Destino 
dónde lo fuerzan a existir. 
Aqui, su "me rebelo luego existo" 
de su hombre révolté se esfuma 
por arte de magia burguesa. 
Porque si en verdad todo está bien,
 él , Sísifo, no estaría sufriendo 
ese bárbaro castigo, 
y si se sintiera dichoso 
bajo ese tormento tendría que renunciar
a ese indispensable Hilo de Ariadna 
que lo saque de su terrible Laberinto
que es lo que, precisamente, 
lo mantiene vivo: 
ese demiúrgico y redentor Hilo.  
Lo único que podríamos aceptarle 
es de que cuándo baja a por la roca, 
sosegado ya por su dolor
y su fatal designio,
adquiere un atisbo de conciencia; 
esto si, esto puede ser válido, 
pero va aún cansado y desarticulado 
en su fatal destino, 
destrozado e inmisericordiado
contra el bárbaro mundo 
que lo ha hundido...
y sólo piensa, 
sólo desea descansar, 
descansar,
reinstituir sus fuerzas perdidas 
para, sobre esta recuperación de él mismo,
poder obtener la total conciencia 
que ha perdido de su situación:
porque el cansancio, 
el embrutecimiento crónico,
siempre asesina la conciencia
(Por eso los amos siempre mantienen trabajando,
subyugados, a los esclavos...que no paren,
que no descansen, 
que no se den cuenta de su sino,
que no PIENSEN.
 "Comenzar a pensar es comenzar a estar minado", dice usted; y es verdad;
pero también es minar
a quíenes no nos dejan pensar.
La entera Humanidad -ya- es un Sísifocansado
que necesita parar, descansar, 
precisamente, 
sobre su Herramienta de Trabajo:
la Roca que constantemente subimos 
al punto más alto para que vuelva a caer
del lugar de dónde la sacamos;
porque con cada problema
que con ello solucionamos,
creamos mil más 
que ya no sabemos como tratarlos:
la Roca del Progreso 
en la que todos vamos embarcados,
el falso y ABSURDO  progreso que portamos
y que nos está llevando al colapso, 
esa condena que nos impusieron los dioses 
cuándo del Paraíso nos explusaron,
cuándo, desde de la Transgresión Ancestral,
naúfragos y huérfanos nos encontramos.
Por eso nosotros hemos puesto a Sísifocansado
sobre su Herramienta de Trabajo,
haciendo su siesta, descansando,
parando el torbellino de su calvario,
de sus absurdos y espantos,
de su tragico, inasimilable
y perturbador destino humano,
para que su sosiego restaurador
lo proporcione la conciencia
que el desaliento aleja
de su alma y sus sentidos;
sólo asi, al despertar,
repuestas las fuerzas
que lo degradaron,
podrá ver todo 
lo que los dioses
le usurparon y robaron.
Y con esta nueva conciencia,
emanada entre él y la Roca,
su Herramienta de Trabajo,
dónde fue esclavizado
y sobre la que ahora 
se ha recuperado,
su nueva identidad,
'me rebelo luego existo'
le hará empujarla hacia arriba
con otro espíritu, con otras manos:
y aquí nunca más estará sólo
en un universal campo mórfico
que auna conciencias y deseos,
distancias y logros...
Porque la entera Humanidad 
-ya- es un Sísifocansado.