"Hay que trabajar, trabajar...Trabajar y ayudar al que lo merece. Trabajar aunque a veces piense uno que realiza un esfuerzo inútil. Trabajar como una forma de protesta. Porque el impulso de uno sería gritar todos los días al despertar en un mundo lleno de injusticias y miserias de todo orden: ¡Protesto! ¡Protesto! ¡Protesto!" (federico garcia lorca)
Morao etamo tó...! Que verdad Todos estamos morao...
hematoma-dos, emboscados
en un desfiladero largo y profundo
del que es difícil salir...
por eso tenemos que meternos, por bulerías, con bulla,
con jaleo, ese palo flamenco con el que tenemos
que resistir
porque Morao etamo tó...!
Que se nos va el barco,
Morao!,
y nos quedamos en tierra,
marinero en tierra,
varados en un suelo
que es nuestra perdición.
Al mar, al mar otra vez!
El mar. La mar. El mar. ¡Sólo la mar! ¿Por qué me trajistes, padre, a la ciudad? ¿Por qué me desenterraste del mar? En sueños, la marejada me tira del corazón. Se lo quisiera llevar. Padre, ¿por qué me trajiste acá?
La fiscal que interroga a Pablo Hasel padece lo que los médicos llaman disartria,un rítmo lento al hablar que difícilmente fluye comprensiblemente, lo cúal ha podido ser producido por un derrame cerebral o, lo más probable y seguro, por la psicopatología de creer durante mucho tiempo que la Tierra es plana, algo común en España y que viene de la época de Franco y transmitido a sus posteriores Sucesores.
No sabemos si el Tribunal de Orden Público franquista decidió encargarle a ella el caso porque ningún otro fiscal quiso arriesgarse al ridículo de tener que enfrentarse a Pablo Hasel o porque se creyó, caritativamente, en darle la oportunidad de asegurar la confianza en sí misma.
De todas formas, dicen los rumores,
que la citada fiscal salió muy orgullosa
del interrogatorio al declararle más tarde
a la prensa:
"Con mis preguntas he arrinconado completamente al acusado que nunca pudo contestar satisfactoriamente a mis preguntas"
Un caso clásico en la francocracia española dónde lo Plano y lo Esférico sigue debatiéndose hasta hoy en día, dicotonomía tan bien articulada en los históricos versos de Don Antonio Machado:
"Españolito que vienes al mundo, te guarde Dios, una de las dos Españas ha de helarte el corazón"