En el juicio que está realizando el Tribunal Supremo contra los presos políticos catalanes, uno de ellos, no pudiéndo aguantar por más tiempo el flagrante estrangulamiento que el fiscal estaba llevando a cabo contra su pueblo, se levantó del asiento dónde estaba siéndo interrogado y, sin que nadie lo pudiése detener, estranguló al fiscal, el cúal no pudo ser salvado con la respiración artificial boca-a-boca que le proporcionaron los magistrados antes de que llegara la ambulancia. Acto seguido, el presidente del Tribunal aplazó la sesión hasta nuevo aviso. El autor del magistracidio pasó a disposición judicial dónde, parece ser, ésta vez, el uso de violencia será muy fácil probarlo.