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Felipe VI agacha la cabeza para recibir
el Gran Collar de manos del rey Salman bin Abdelaziz
en el Palacio Real Saudí
Felipe VI levanta la cabeza para encabezar
en la Plaza de Cataluña un minuto de silencio
por las víctimas del atentado de Barcelona
Quizás todo sea cuestión
de agachar la testa
para recibir el Gran Collar
o levantar la cabeza
para ese minuto de silencio
por las víctimas
que genera ese mismo Gran Collar.
Tal vez el borde
entre doblar y alzar la cabeza,
el premio que recibimos
del ejecutor de víctimas
que tenemos que honrar,
y el minuto de silencio
que ellas nos fuerzan a representar,
tan sólo dependa
del necesario maquillaje circunstancial
con el que se tienen que pintar:
Un dios Janus, abyecto y criminal,
cuya doble cara cuela el mosquito
y se traga el camello
en el súmmum de la hipocresía y la falsedad.
Un dios Janus que juega
con nuestros sentimientos y emociones
para proyectarlos sobre qué convenga más.
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"Hay que trabajar, trabajar...Trabajar y ayudar al que lo merece. Trabajar aunque a veces piense uno que realiza un esfuerzo inútil. Trabajar como una forma de protesta. Porque el impulso de uno sería gritar todos los días al despertar en un mundo lleno de injusticias y miserias de todo orden: ¡Protesto! ¡Protesto! ¡Protesto!" (Federico Garcia Lorca)