"EL CAPITALISMO NO ES NADA MÁS QUE UNA EMPRESA DE LADRONES COMUNES DISFRAZADA DE 'CIVILIZACION' QUE EXTENDIÓ, IMPERIALÍSTICAMENTE, A ESCALA GLOBAL, UN 'SISTEMA' (ECONÓMICO, POLÍTICO, IDEOLÓGICO Y SOCIAL) PARA LEGALIZAR Y LEGITIMAR CON LEYES UN ROBO MASIVO Y PLANETARIO DEL TRABAJO SOCIAL Y DE LOS RECURSOS NATURALES, ENMASCARADO DE 'ECONOMÍA MUNDIAL' ".
Manuel Freytas
“Vivimos en un orden mundial criminal y caníbal, donde las pequeñas oligarquías del capital financiero deciden de forma legal quién va a morir de hambre y quién no. Por tanto, estos especuladores financieros deben ser juzgados y condenados, reeditando una especie de Tribunal de Núremberg”.
Vicepresidente de la Comisión
de DERECHOS HUMANOS de la ONU,
y exrelator especial de la ONU
para el Derecho a la Alimentación.
"La situación del capitalismo hoy en día no es solamente una cuestión de crisis económica y política, sino UNA CATASTROFE DE LA ESENCIA HUMANA...que condena, meramente, cada reforma económica y política a la futilidad e incondicionalmente DEMANDA UNA TOTAL REVOLUCION"
Herbert Marcuse, 1932
Herbert Marcuse, 1932
(Acotado de: "Marx, Freud, and the Critique of Everyday Life", Bruce Brown; p. 14.)
Hace 84, 84 años, que Herbert Marcuse detectó
la catástrofe.
¿Qué hubiése detectado hoy en día?
No hay que poseer mucha imaginación
para adivinarlo.
Dos años antes, en 1930, Freud publica su "Malestar de la Cultura" dónde se pronostica que mientras más se desarrolla la cultura, más crece el malestar. (O como lo articuló Marx: cuánto más aumenta el valor de las cosas más disminuye el valor de los hombres) Lo curioso es que los ejes de la obra son el sentimiento de culpa y la pulsión de destrucción, ambos concatenados por causa-efecto en su operativa función: la médula del modus operandi del capitalismo, de su circunscrito régimen de producción-consumición, hoy ya tratando de evitar inútilmente su galopante malestar y descomposición)
Dos años antes, en 1930, Freud publica su "Malestar de la Cultura" dónde se pronostica que mientras más se desarrolla la cultura, más crece el malestar. (O como lo articuló Marx: cuánto más aumenta el valor de las cosas más disminuye el valor de los hombres) Lo curioso es que los ejes de la obra son el sentimiento de culpa y la pulsión de destrucción, ambos concatenados por causa-efecto en su operativa función: la médula del modus operandi del capitalismo, de su circunscrito régimen de producción-consumición, hoy ya tratando de evitar inútilmente su galopante malestar y descomposición)
El capitalismo se ha convertido en una patología social grave, muy grave, y de ella salen todos los afluentes del río por donde navegamos.
Es un cuerpo descompuesto cuyo hedor se extiende indeteniblemente sobre la superficie del planeta.
Parece ser que no hay antídotos contra él.
Solo nos dejan aceptarlo o no aceptarlo,
take or live it.
Su Dictadura sobre la mente y las almas es total.
Su omnipresencia, mortal.
El capitalismo se ha convertido en un Dios, intocable tabú, contra el cual,
estructuralmente,
no podemos levantar la voz.
Podemos levantar la voz contra sus efectos, Trump, Clinton, la clase dominante,
la crisis,
la guerra,
la deshumanización,
el hambre...
pero contra la causa de todo ello,
el capitalismo,
ésto es tabú.
Es lo que está por encima de todo y de todos.
Stop capitalismo.
Derrocar el capitalismo.
Golpe de estado contra Él
Ni pensarlo se puede.
Y si llegamos a pensarlo:
Es imposible, nos dicen.
Desde luego que es imposible
si no derribamos
el tabú;
si no desarticulamos su ethos divino
En la Edad Media Dios era intocable.
Hoy lo es éste nuevo Dios
adorado en todos los templos.
Solo el látigo de Cristo arrojando
al latigazo a los mercaderes
que habían invadido el templo
para poner sus tenderetes
podría corregir ésta galopante descomposición
de la civilización capitalista,
covertida ya en pandemia.
Ese látigo,
esa demanda de una total revolución
que decía Marcuse, es, precisamente,
lo difícil de obtener,
lo que se impide obtener,
lo que nos impedimos los unos a los otros:
La galopante descomposición continua galopando
como Pegaso alado por los cielos y tierra dónde todos cada vez nos esclavizamos más los unos a los otros...Y el hedor sigue avanzando.
PD:
Este sistema cruel al que pronto habrá que cortarle el cuello, como dijo García Lorca,
nos está cortando el cuello a todos nosotros.
¿Cuándo despertaremos en ésta "Cueva de Platon"
y dejaremos de confundir las ilusorias sombras sobre las paredes con la realidad?
PD:
Este sistema cruel al que pronto habrá que cortarle el cuello, como dijo García Lorca,
nos está cortando el cuello a todos nosotros.
¿Cuándo despertaremos en ésta "Cueva de Platon"
y dejaremos de confundir las ilusorias sombras sobre las paredes con la realidad?