Sunday, September 7, 2014

LA PELÍCULA PREMIADA EN LA "MOSTRA DE VENECIA"


La Mostra de Venecia concluyó anoche entregando el León de Oro a la mejor película a la cinta sueca A pigeon sat on a branch reflecting on existence(Una paloma sentada en una rama reflexionando sobre la existencia), lúcida y satírica reflexión sobre la ridiculez de la condición humana y los imperativos de la vida en sociedad.

                        

Que curioso  es el animal humano, ¿no?
 
Como nos podemos ver desde "afuera"
sin podernos cambiar desde "dentro"
 
Porque éste film está realizado sobre la ecuación
observadora, caústica, mordaz e incisiva,
de retratar todo el absurdo que nosotros mismos
nos hemos ido creando con nuestra llamada
"civilización" que, en la película, más parece
un manicomio organizado por gentes de mente
que termina albergando dementes.
 
¿Es que  nuestra razón
es incapaz de suprimir
ese absurdo que se refleja
en lo que hacemos?
Sin embargo, nuestra "razón",
puede crear Kafka's
y el director de ésta pelicula,
y tantísimos  mas...
Qué extraña criatura es el ser humano.
Qué extraña criatura es éste ser
que está escribiendo ésto...
 
Y ésta película es importante
porque nos ayuda a visualizar
todo ésto que estamos diciendo.
 
Es como si llevaramos una "dirección"
--en la edad de piedra aún no nos pasaba
nada de todo ésto-- en la que,
a pesar de ser los productores de ella,
 sólo participamos como  testigos de ella
...haciendo películas,
libros, discursos, arte,
políticas, novelas...
hasta guerras,
que ya es el colmo colmero
en querer hallar una respuesta.
 
Y es que a nivel ontogenético,
a nivel individual, pasa igual,
porque ¿cuántas veces nos encontramos
a nosotros mismos haciéndo algo,
en una actitud determinada,
la cual, perteneciéndonos
--porque es algo nuestro--,
sentimos tan sólo el ser 'testigos' de ella,
desde 'afuera',
sin poderla cambiar o afectar desde 'dentro'?
(A mi me pasa todos los días)
 
Es como si fuesemos llevados por fuerzas subconscientes sobre las cuales nuestra conciencia de ello es tan sólo un 'presenciador' inoperante
sin ningún poder para alterar
lo que somos y vivimos.
 
Viendo esas cortas escenas de la película
me vino a la mente aquello que dijo Freud
de que "el yo no es dueño de su propia casa".
 
Verdaderamente no lo es;
entónces, ¿quíen es?.
 
Porque el reflejo que nos hace
 Roy Andersson --el director de la película--
del "homo sapiens",
en éste estado churriguresco de la civilización
a la que hemos llegado,
nos deja con la simple cuestión en-mente
de ¿cómo seres de-mentes
pueden llegar a convertirse en dementes?
 
Es la Gran Paradoja en éste infinito Universo:
que un primate haya evolucionado
hasta llegar
"A Pigeon Sat On A Branch
Reflecting on Existence"
 
Film a ver.
Solamente en Suecia pudo nacer.
 
PD:
Aclaración empírica a la metódica duda
antropológica de qué somos:
No es que seamos una extraña criatura,
es que, simplemente,
tenemos un "cable suelto",
y todo el 'progreso',
la 'civilización',
la 'cultura',
con todos los medios que poseemos,
lo único que han hecho es tratar,
inútilmente, de componerlo.
Seamos honestos. 

EL PESI-MISMO NO ES EL MISMO DE ANTES

 
 
El pesi-mismo va en aumento.
 
Su curva ascendente
esta alcanzando cotas
insospechadas en la Humanidad.
 
Ya las gentes no creen en nada,
absolutamente en nada,
se sienten robadas,
engañadas,
estafadas,
y, sin embargo,
siguen consumiendo con optimismo
como si el pesimismo, al comprar,
se fuese por la ventana
como gato con alas.
 
¿O es que los pesimistas
también nos estan engañando
y son, como dice Nietzsche,
optimistas desilusionados,
gentes que no pudieron alcanzar
la mejor parte del reparto?
 
¿O es que ya ni nos podemos fiar
de los pesimistas porque en nada
se diferencian de los causantes del pesimismo?
 
¿Qué coño nos está pasando?
 
Vivimos en el remolino de un mundo
torcido y alambicado,
churriguresco y barrroco,
y con comerciales siempre tirando y jalando
que siembran cosechas
y cambian semillas a cada rato,
un cosmos dónde los pesimistas,
si, vamos aumentando,
pero, a la vez, vamos perdiendo
aquel antiguo prestigio
donde aún se creía en nosotros
como nodrizas que alimentaban
una realidad tabulada en la experiencia
que siempre quedaba adivinada
en nuestras presunciones y datos.
 
Si.
El pesimismo va en aumento,
pero cuantitativamente,
porque cualitativamente ha bajado muchísimo.
El pesi-mismo no es el mismo de antes. 
 
Dijeron por ahí que para un genuíno pesimista cultural
la mejor noticia era una mala noticia
porque para él es mas importante
que los hechos corroboren su posición
que sus intereses personales,
y es éste el linaje y el pedigrí
de nuestro ancestral prestigio
lo que ha bajado muchísimo...
sobre todo en el régimen
de éste trust de mercaderes
dónde sólo manda y se valora
el pragmatismo de nuestras acciones.