EL 'COITUS HILARICUS' DE 'ROKAMBOL'
Tenemos que escribir de nuevo
sobre 'Rokambol' porque es la página com-putera
de la Internet que nos hace reír a lo "sapiens",
es decir, no con una hilaridad tontáina
Tenemos que escribir de nuevo
sobre 'Rokambol' porque es la página com-putera
de la Internet que nos hace reír a lo "sapiens",
es decir, no con una hilaridad tontáina
de esas que baíla la guasa banal
e infantil del 'andar por casa';
no.
Sino esa risa con la que la inteligencia artística
y profunda del sarcasmo lumínico
y el bien trabajado bisturí irónico
nos hace sentir que por fín tenemos en la 'testa'
algo bien puesto y eficaz-mente organizado,
y no solamente un bulto de antropoides
por el circo domesticados.
y el bien trabajado bisturí irónico
nos hace sentir que por fín tenemos en la 'testa'
algo bien puesto y eficaz-mente organizado,
y no solamente un bulto de antropoides
por el circo domesticados.
Es esa risa que tenemos amordazada
--por miedo de ser sancionados--
los padecedores de ésta absurda história
de la especie humana.
Y al darle riendas sueltas,
con las herramientas adecuadas,
nos produce unas medicinales
nos produce unas medicinales
corrientes eléctricas que vigorizan
el autónomo sistema nervioso del parasimpático
que es el encargado de regenerar
las energías bloquedas
por la fascista taruguez ambiental
que es el encargado de regenerar
las energías bloquedas
por la fascista taruguez ambiental
que nos hiela, 'machadonianamente',
no solamante el corazón,
sino el alma.
Y es que el mundo dónde vivimos,
y en particular el del $ucesor
del Terrorista del Ferrol,
representa tal inadmissible e indigesta ensalada,
bajo las impotencias y frustaciones aledañas,
que el hipotálamo y las otras glándulas
del pensar y el sentir,
se alucinan y no atinan ya
ni con lo que hay que hacer
ni con las palabras exactas
porque todo está ejecutado
y dicho --¿inútilmente?-- "ad nauseam".
no solamante el corazón,
sino el alma.
Y es que el mundo dónde vivimos,
y en particular el del $ucesor
del Terrorista del Ferrol,
representa tal inadmissible e indigesta ensalada,
bajo las impotencias y frustaciones aledañas,
que el hipotálamo y las otras glándulas
del pensar y el sentir,
se alucinan y no atinan ya
ni con lo que hay que hacer
ni con las palabras exactas
porque todo está ejecutado
y dicho --¿inútilmente?-- "ad nauseam".
¿Y qué pasa en éstas condiciones
tan cabronas y carcelarias?
tan cabronas y carcelarias?
Pués que entonces surge una especie de 'termodinámica' en los contenidos gases
de la caldera emocional
que no puede seguir aguantando la presión
que no puede seguir aguantando la presión
de éstos insoportables, miserables
y estúpidos canallas,
que además de jodernos
se ríen de nosotros a carcajadas.
Y es aquí donde, al no poderse estrangular
a los responsables del drama,
surge, como sublimación defensiva,
el automático del termoestato del humor,
el automático del termoestato del humor,
que es un sistema vegetativo de control
que cierra o abre el circuito anímico
en función de la insoportable "temperatura" exterior.
Y asi, regulando la 'máxima' y la 'mínima'
para no reventar en el interior,
salta la ancestral válvula de seguridad
que...¡ pissssss...!...al reírnos sapientísima-mente
hace girar ese muelle del termoestato humorístico
del cachondeo perínclito de 'Rokambol'.
...Sabemos, sabemos que no se tendría
que "pinchar con alfileres lo que habría
que atacar a mazazos", lo sabemos.
("Es lacayuno limitarse a pinchar con alfileres
lo que habría que atacar a mazazos", Karl Marx)
Pero cada polizon,
cada franco tirador,
cada rrestado por el señor de palacio y su Lord,
cada grupo o partido de disidentes
trabajando en la clandestinidad,
tiene que aportar a la confeccion
del nuevo traje sus propios materiales,
y el alfiler de la mordacidad crítica
cumple en ello un papel transcendente
--para educar y ser conscientes--
hasta que podamos llegar a atacar a mazazos
y desbancar a éstos rufianes
escondidos tras discursos obsoletos
en los que ya nadie cree ni entiende.
Gracias, otra vez, porque cumplíis
una misión sagrada
en nuestra España atascada:
rescatarnos con la sátira
de vuestros 'botes salvavidas'
del mar de la sandeces bendecidas
dónde naufragamos cada mañana.