Yo ya no vivo "contra la espada y la pared".
Me he sacado la espada.
He mejorado mucho.
Ahora vivo tan sólo frente a la pared,
que viene a ser otra clase de paredón
en el cual los tiros vienen por detrás.
(Que es por dónde deben de venir
para no verlos venir)
Si.
Y es muy interesante.
El Bodhidharma (B) que llegó de India a China
con la doctrina del Budismo Zen,
antes de empezar a predicarlo,
estuvo sentado nueve años frente
a una pared.
El hombre hablaba con la pared
como un discípulo con su maestro.
La pared sabía escucharlo y responderle.
Porque, como se ha dicho toda la vida,
las paredes hablan.
Y cómo hablan.
Han oído mucho.
Han oído tantas cosas.
Han almacenado tantas cosas,
que sólo es cuestión,
como el B.,
de sentarse frente a una de ellas,
y esperar...
esperar a que nos ilumine...
Por eso, hay que tener paciencia
y estar conscientes todo el tiempo,
claro,
de lo contrario nos quedaríamos dormidos,
y, como decía Donne,
"nadie duerme en la carreta que lo conduce
de la cárcel al patíbulo"
Asi que, una vez que me safé de la espada
y frente a la pared me quedé,
obedecer a Donne
es todo lo que intento hacer.