"Hay que trabajar, trabajar...Trabajar y ayudar al que lo merece. Trabajar aunque a veces piense uno que realiza un esfuerzo inútil. Trabajar como una forma de protesta. Porque el impulso de uno sería gritar todos los días al despertar en un mundo lleno de injusticias y miserias de todo orden: ¡Protesto! ¡Protesto! ¡Protesto!" (federico garcia lorca)
Hoy, los antropófagos del capitalismo moderno, a una escala universal ya, practican y llevan a cabo las mismas pulsiones, instintos y desesos atávicos que teníamos en la época prehistórica de la humanidad (seguimos en la prehistoria, como decia Marx): controlar comíendo mentes, los cerebros de los demás, pero, claro, ahora con una tecnología y metodologías infinitamente mas sofisticadas y eficientes que en la antiguedad. Y aqui esta lo peligrosísimo del momento actual. Hoy, el "ay, abuelita, por qué tienes una boca tan grande, para comerte mejor", lo vemos por todos lados, aristas y esquinas de ésta ya imparable cabalgata navegacional de éste Barco de los Locos llamado "progreso" que lo único que quiere es siempre seguir navegando, avanzando, 'progresando', sin querer atracar, descansar, parar, en el puerto que le dé cobijo a nuestra orfandad espiritual. Este "progreso" que ya está convertido, indeteniblemente --no hay marcha atrás--, en esa boca del lobo disfrazado de abuelita que se la comió, se metió en su cama y se disfrazó para comernos a todos mejor. Desde China a la India (¿de qué sirvieron Lao Tzu, el Tao, el Buda y el Zen?), desde Kuala Lumpur a Washingtón, desde Moscú a Japón, todos queremos los mismos inútiles cacharros y cachivaches: todos queremos ser ricos. (Parece ser que ya nadie quiere subir al reino de los cielos. Porque ya sabemos lo que dijo Cristo: "Es mas difícil que un rico suba al reino de los cielos...") Hoy, el canibalismo lo ha industrializado todo para poderselo "comer mejor". Hoy todo está hecho una Industria Privada dónde un grupo de antropófagos, accionistas e inversores, billonarios, --"los que dán trabajo"-- ponen sus dineritos para engullirse a las caperucitas que entran en el tablado, inocentemente, con su cestita de pan, queso y miel, a participar en éste "juego democratico". (Aquí no hay cazadores que maten al lobo después) Es la industria de la guerra, la política, el entreteni-miento, los deportes, las noticias, los comerciales, las finanzas, la informática, los seguros, la seguridad, la pornografía, la destrucción (es otra industria), el transporte, la energía, los disidentes (somos otra industria), la comida, el sexo, el cuerpo, las religiones, el ocio, la cibernética, los vicios, las virtudes, los defectos, los sueños, el espacio exterior y el espacio interior, invadidos, asaltados y saqueados
'para comernos mejor'.
Y todo está ya catalogado en precios,
en subastas, hipotecas, crisis
e intereses al por mayor,
en un catafalco de meras mercancías dónde triunfa el mejor postor sobre tiempos y espacios de un fetichismo que nos consume,
también, claro está,
'para comernos mejor' Es negocio demencialmente bien puesto, un lobo bien vestido de abuelita que nos espera en la cama con su boca grande para engullirnos mejor. Quizás el destino de la vida sea el ser engullidos, --he leído que hasta las galaxias se comen y absorven unas a las otras--, tragados por la vida, por la muerte por el mas allá, y por el dolor. Es la industria global, la globalización, el canibalismo actual: controlar y comerse la mente de los demás, con el Planeta incluído, su tierra, su cielo, y su mar. Y todo, rápido, veloz, express, comida rápida, en eslogans y soniquetes que llenen la falsa panza, que el paisaje transcurra veloz, para que nadie se entere de nada, para que nadie piense, para que nadie se de cuenta de que no es el paisaje el que se mueve sino éste caballo desbocado en el que se cabalga. Oscar Kiss Maerth tiene un libro, su único libro, cuyo título es muy iluminativo: "Der Anfang war das Ende". "El Principio fue el Fín" Y es verdad. Porque vamos a terminar como empezamos: canibalizándonos, comíendonos ese "fruto prohibído" que la serpiente del "progreso" nos ha prometido que si lo hacemos seremos como dios, aúnque en realidad --no sé si somos tontos o no-- cada vez vamos peor. El "Homo sapiens" nació por canibalismo (comiendo mentes, cerebros, la inteligencia es comestible; asi pasamos de 500 centímetros cúbicos de capacidad craneal a 1500 en tan sólo dos millones de años, algo que nadie sabe explicar), y, según los datos factuales, asi mismo va a finalizar: "Der Anfang war das Ende".
PD: Vemos en el centro del libro el 'ligan', símbolo --muy nítido y contundente- del pene, porque la hipótesis de Oscar Kiss sugiere que la originaria motivación del canibaismo ancestral fue la adquisición del placer y la potencia sexual, sólo después el hominido descubrió que también incrementaba su inteligencia. Algo que el mito del Génesis soporta con sus criptológicas metáforas; algo que también soporta el 'progreso' de hoy en día dónde sexo e inteligencia forman parte del plato fuerte de la cocina.